Ya en la Plaza de Armas, también se derrumba pronto la imagen del gobernador cercano. Las luces apagadas del Palacio de Gobierno de pronto recuerdan la oscuridad de un sexenio apenas terminado. El público impaciente pide la salida de José Calzada Rovirosa, en el segundo piso se abre una puerta, y un hombre sale al balcón. Por supuesto, no es el gobernador, es un funcionario de medio pelo que descaradamente reta a la multitud y con provocativa calma toma una serie de fotografías.
Buena crónica con tintes de opinión. Alfredo Rodríguez supo exponer las artimañas del viejo dinosaurio que sigue operando con intimidación, esquiroles y escenificando ante la prensa el intento de solución a un problema social... Si gobierno del estado apuesta al olvido, cansancio y/o disgregación del movimiento, está perdido porque ya van 8 meses en resistencia y la convicción de lucha justa, continua latente entre la sociedad queretana.
ResponderEliminarMmmm... y la flaca de la foto... ¿quién es?
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